WILLIAM AISH / LISTIN
DIARIO.
SAN PEDRO DE MACORÍS,
RD.- Siempre con una sonrisa en su rostro, de trato afable y dispuesto a
colaborar con la prensa, el gerente
general de las Estrellas Orientales, José Serra es el directivo de menos edad
de la pelota invernal, pero eso no le quita que tenga manos duras a la hora de
ejercer sus funciones. Serra, de 43 años,
es el gerente de las Estrellas desde hace tres campañas, habiendo ganado
sus primeras dos Series Regular (2014-2015 y 2015-2016), en la actual su equipo
ha iniciado con buen récord.
Su trabajo en la pelota dominicana inició en
la temporada 2009-2010, cuando era asistente del entonces gerente de los Toros
del Este, Jean Giraldi. Sin embargo, no quiso seguir con el club romanense y
dejó el cargo luego de terminada esa temporada.
Serra se tomó un año sabático en el beisbol
criollo y para la temporada 2012-2013 las Estrellas lo convierten como uno de
los asistentes de Eddy Toledo, a la sazón gerente del club. “Para ese entonces yo no tenía mucha
incidencia con el equipo. Yo asistía a Don Eddy preparando el draft junto a
Rafael Mateo y Raúl González. De hecho, a veces me preguntaban para algunos
cambios de peloteros”, relató Serra.
Serra, nativo de Pimentel, provincia Duarte,
tomó el timón de los Orientales para la temporada 2014-2015, una plaza a la que
llegó precedido por su fama de “ojo de águila” por su destreza para descubrir
talentos como Starlin Castro, Carlos Mármol, Arismendy Alcántara, Junior Lake,
Félix Pié, Welington Castillo, Jeimer Candelario, cuando eran adolescentes y él
como principal scout de la organización de los Cachorros de Chicago.
SU
LLEGADA AL BÉISBOL.
Serra llegó a San Pedro
de Macorís el 18 de julio de 1988, proveniente desde Pimentel, con el mismo
amor por el béisbol que tienen miles de jóvenes dominicanos.
Al estacionarse en la Sultana del Este, Serra
comienza a jugar béisbol en la liga Nuevo México, compartiendo el tiempo entre
los estudios y el trabajo.
“Me levantaba a las 5 de la mañana a trabajar
con mi hermano en una pollera, de ahí a las 9 me iba al play a entrenar hasta
las 2 de la tarde. Volvía a casa a comer y luego volvía a la Pollera Mora, para
organizar el trabajo del día siguiente. A las 6 me iba a la escuela”, narra el
directivo.
“En ese -trajín- de vida me hice bachiller y
para el 1990 me firma el señor Carlos Juan Bernhardt, para la organización de
los Orioles de Baltimore, por un bono de 2,300 dólares, el primero de
septiembre”, sigue contando el veterano scout.
Serra jugó para esa organización en la Liga de
Verano y luego al año siguiente viajó a Estados Unidos, donde pudo jugar en los
circuitos minoritarios, hasta que en 1995 lo dejan libre y el terreno de juego
pasa a un segundo plano para Serra.
“Yo vivía entre Filadelfia y Nueva York.
Después que Baltimore me deja libre yo jugué en una liga independiente en
Misisipi. En uno de mis viajes me encontré con Oneri Fleita, quien trabajaba
para Baltimore y allí me conoció. Para el 1996 era el coordinador de scout de
los Cubs y me preguntó que si me gustaría trabajar con él, y claro que lo
acepté”, agrega Serra.
“De ahí fui a una reunión con los ejecutivos
en Arizona y para el 4 de noviembre regreso a mi país, donde rento un
apartamento y me prestan un carro para ejercer mi función de scout. Para el
primero de diciembre ya estaba oficialmente firmado por los Cubs”, apuntó.
EL
TRATO CON LOS PELOTEROS.
Para todo gerente, el
trato con los peloteros siempre es una caja de pandora, ya que se debe lidiar
con muchos egos. En el caso de Serra, confiesa que no se le ha hecho difícil.
“Si amas lo que haces por más difícil que sea,
lo disfrutas. Gracias a Dios nunca he tenido ningún problema con pelotero
alguno, ellos me respetan y yo a ellos por igual”, señaló. “Lo más difícil para
mí es iniciar con un equipo y terminar con otro, no tenemos control de los
peloteros y eso hace que las cosas se pongan incontrolables”.
“En lo negativo hay mucho positivo, negativo
de formar un equipo por tres meses y luego que te lo desbaraten, positivo que
son muchachos jóvenes que quieren jugar pelota y que luego te lo quiten”,
asegura.
Serra trabaja para dos clubes que hace rato no
ganan un campeonato, los Cubs de Chicago y las Estrellas Orientales, pero según
él eso no le afecta en su sistema de trabajo. Dice que solo puede controlar lo
que está en sus manos.
“Tengo deseo de que mis equipos ganen, pero
eso no depende de mí, yo trato de poner el mejor equipo en el terreno de juego
junto a mis compañeros de operaciones de béisbol. Solo podemos controlar lo que
está a nuestro alcance”, apuntó. “Es venir, trabajar y ver que pasa después del
juego, de la temporada, y luego hacer cambiar los resultados”, observó.
SU
TRABAJO CON LOS CUBS.
Serra trabaja con los
Cubs como scout desde el 1996, pasando por diferentes cargos dentro de la
organización. En el 2001 lo hacen jefe de –scouteo- en el país y encargado de
la academia de la organización, que para ese entonces pasaba a la ciudad de San
Pedro de Macorís. Luego en el 2006 lo hacen coordinador de América Latina, pero
por los viajes y el poco tiempo que le dedicaba a su familia renunció a los
seis meses.
“En esos seis meses
tuve que viajar mucho a México, Venezuela y toda América Latina. Obviamente eso
me quitaba tiempo con mi familia, por lo que hablé con mis jefes de que no
podía seguir en el cargo, ya que para ese entonces tenía dos hijos muy
pequeños, ellos lo entendieron y solo me dejaron aquí como director de la
academia y de scout en el país”, narra Serra.
DATOS:
Reside en San Pedro de Macorís. Bateaba y aparaba a la derecha Fue un jugador
de buenas manos y velocidad.