Por Dr. Benjamín Silva
Mercedes
Con el comienzo de nuestra industria azucarera a fines del siglo
diecinueve, se da hacia nuestra ciudad un proceso migratorio que contribuiría
más tarde a hacer de Macorís la ciudad más importante del país, tanto económica
como intelectualmente. Una de esas migraciones
fue la que vino desde la vecina isla de Puerto Rico, desde donde por consideraciones
raciales y étnicas se hizo el primer reclutamiento de braceros para nuestra
incipiente industria azucarera.
Como muy bien se sabe, la mano de obra puertorriqueña no fue lo que se
esperaba de ella, y entonces hubo la necesidad de sustituirla por mano de obra
proveniente de las islas de habla inglesa y posteriormente por braceros
haitianos.
Los puertorriqueños se dedicaron, entonces, a hacer trabajos de
zapatería, panadería, barbería, albañilería, carpintería y a conducir los
famosos coches tirados por caballos.
Hubo otros puertorriqueños, de mayor nivel intelectual y económico, que
contribuyeron en gran manera al desarrollo de nuestra ciudad. Ahí están los ejemplos de Don Juan Serrallés,
Gavino Vega Fabre y Manuel Mallén Ortiz, entre otros muchos.
Andando el tiempo, miembros de esa pujante colonia puertorriqueña en
San Pedro de Macorís vieron la necesidad de aunar esfuerzos para contribuir más
eficazmente al desarrollo individual de los descendientes de la patria del
insigne Eugenio María de Hostos y de Don Luis Muñoz Rivera. Una muestra de ello fue la fundación del
“Club Unitario Puertorriqueño” el día 22 de Julio de 1915, más tarde llamado
“Casino Puertorriqueño”.
He aquí el acta levantada en esa reunión para dejar constituido el “Club Unitario Puertorriqueño”, luego
“Casino Puertorriqueño”
“En la Ciudad
de San Pedro de Macorís, (R.D.), a los 22 días del mes de Julio de 1915; siendo
las 8: P. M., Reunidos en los salones de
“Gran Hotel Dos Américas” los señores:
Don Monserrate Vázquez
Don Félix Barbosa
Don Francisco Pagán
Don Vicente Maura
Don Guillermo Zayas
Don Esperidión Torres
Don Jesús Mª. Vélez
Don Narciso Collazo
Don Pedro Pérez Torres
Don Celso Z. Montero y Don Herminio Lugo.
Oída la opinión de los señores presentes sobre la urgente necesidad de
laborar por la realización de un Centro de Sociedad de que carecen los
Puertorriqueños en esta Ciudad; Atendiendo a la decidida voluntad de los que
componen este grupo, fue resuelto que: los que suscriben, desde este momento quedan
comprometidos y empiezan a la formación de una Sociedad que llevará por nombre
“Club Unitario Puertorriqueño” bajo la base que queda estipulada en los
Reglamentos escritos al efecto para este fin, los que serán leídos, para su
discusión y aprobación, en próxima reunión.
Fue acordada la asignación de una cuota de Un peso oro mensual, que
deberá ingresar en el Tesoro de este Club.
Pasose a nombrar un cuerpo directivo que regirá los destinos de este
Club por el término de seis meses, el que quedó constituido en la forma
siguiente:
Presidente: Don Vicente Maura
Vicepresidente: Don Esperidión Torres
Secretario: Don Pedro Pérez Torres
Tesorero: Don Celso Z. Montero
Vocal suplente: Don Herminio Lugo
Vocales:
Don Félix Barbosa
Don Narciso Collazo
Don Guillermo Zayas
Don Jesús Mª. Vélez
Don Francisco Pagán y
Don Monserrate Vázquez
Bajo cuyas bases y de acuerdo con lo pactado en esta fecha, que será
una de las más gloriosas que se contarán en los anales de la historia de la Colonia Puertorriqueña
en San Pedro de Macorís, por ser el día histórico en que un número compuesto de
once individuos unidos por el sentimiento de confraternidad y amparados bajo el
palio sagrado de su dignidad juran, puestos de pie y bajo la más solemne
protesta de no faltar al exacto cumplimiento de la altruista misión que sus
deberes les imponen y que en tal virtud dejarían de ser pundonorosos cuando por
negligencia o abandono dejaran desvanecer, en el cielo de sus aspiraciones, la
causa redentora de sus propios derechos.
Lo que firman en San Pedro de Macorís, (R.D.), a las once horas p.m.
del día 22 de Julio de 1915”. Aparecen a continuación las firmas de Esperidión Torres, Vicente Maura, Narciso
Collazo, Félix Barbosa, Francisco Pagán, Monserrate Vázquez, Guillermo Zayas,
Jesús M. Vélez, Herminio Lugo y del Secretario Pedro Pérez Torres.
Hay algunos detalles a destacar de esta primera reunión. El lugar en donde se realizó, es decir, el
“Gran Hotel Dos Américas”, era un edificio de madera, de dos niveles, que
estaba localizado en la antigua calle Libertad, hoy Federico A. Kidd, al lado
de la casa Armenteros que queda al final de esa calle frente a la Av. Francisco
Domínguez Charro.
Allí operó también la desaparecida Imprenta “Pool hermanos”.
El propietario de ese hotel lo fue el puertorriqueño Esperidión Torres. Se ha dicho que fue desde ese hotel que salió
el joven Gregorio Urbano Gilbert, en Enero de 1917, con rumbo hacia el muelle y con la
determinación de enfrentar a las tropas invasoras de los Estados Unidos de
América, dándole muerte a uno de sus oficiales, de nombre C. H. Burton.
En la segunda reunión del ya formado “Club Unitario Puertorriqueño”,
celebrada el día 29 de Julio de 1915, “se procedió a continuar la lectura de la Plataforma y
Reglamentos y fueron aprobados con enmiendas”.
También se aprobó “mandar a imprimir las solicitudes y talonarios para
el cobro” y se nombró una comisión para que sacara en limpio los estatutos y
Reglamentos.