domingo, 31 de julio de 2011

SAN PEDRO LA CIUDAD OLVIDADA.

PATRIMONIO ARQUITECTONICO DE LA SERIE 23 SE CAE A PEDAZOS.

Estimados colegas y amigos:

Les escribo porque necesito expresar la preocupación que siento por el estado de deterioro progresivo de las edificaciones que forman el llamado Patrimonio Arquitectónico de San Pedro de Macorís. A simple vista cualquiera puede observar que se está cayendo a pedazos, sin que se observen acciones concretas para su rescate y conservación.

El emblemático Edificio Morey, en una de las esquinas de las calles Sánchez y Duarte, en pleno centro de San Pedro de Macorís y el viejo edificio del correo, en la Duarte con General Cabral, también en el mismo centro de la ciudad, son solo dos pruebas visibles de lo que acabo de afirmar, pero hay muchos otros edificios y viviendas familiares en todo el centro urbano de la ciudad que están en las mismas o en peores condiciones.

Camine usted por las calles Duarte, Sánchez, General Cabral, Anacaona Moscoso, Rafael Deligne, Independencia, 27 de Febrero, Mella, Colón, Fello A. Kidd, Presidente Henríquez, María Trinidad Sánchez, Benito Monción, Profesor Puello, Imbert, José Martí, Amiama Tió, Altagracia, Duvergé y otras y observe lo que está pasando.

Hace poco hablé sobre el tema con la Arq. Vanessa Vélez Romero, Directora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central del Este (UCE), a quien sugerí que se debe crear en San Pedro un movimiento por el rescate y conservación de los edificios de principios del siglo pasado y ella me expresó con alguna pena que en la escuela que dirige en la UCE se han elaborado numerosos estudios y propuetas sobre esta cuestión, pero que es muy poco lo que se ha hecho desde el sector público por la solución.

Recientemente se inició la ejecución de un proyecto auspiciado por el Arq. Jesús Musa Hazim y la Fundación San Pedro, Inc. para el remozamiento de algunas de las edificaciones, pero tengo la percepción de que esto se quedó en el anuncio, por falta de apoyo o por cualquier otra razón, pero no estoy viendo resultados de este proyecto tan interesante.

Algo se está haciendo en el viejo edificio del Correo también como iniciativa privada. Incluso he visto con agrado que allí se ha instalado una Escuela de Arte y se están presentando algunas actividades artísticas. En la calle Duarte casi esquina calle Colón, frente a las oficinas de abogados Richiez, fue rehabilitada una vieja edificación que ahora se ve como en sus mejores tiempos, también por iniciativa privada.

Ahora bien, parece que lo que hace falta es la atención y el interés del sector público, tanto del Gobierno Municipal como del Gobierno Central, a través del Ministerio de Cultura para que, ya sea con recursos asignados en los presupuestos municipal y nacional o gestionando la cooperación económica de agencias internacionales le metamos mano a un contundente programa de rescate y conservación de nuestro patrimonio arquitectónico e histórico.

Creo que no podemos permitir que los propietarios de las viejas edificaciones sigan jugando a dejar que el tiempo pase para que sus ruinas caigan y luego vender los espacios como solares para la construcción de edificios nuevos y modernos. No soy ingeniero ni arquitecto, eso todo el mundo lo sabe, pero me atrevo a sostener que las edificaciones antiguas pueden ser remozadas y sus espacios habilitados para viviendas, negocios y hasta para alojamiento de algunas entidades e instituciones de servicio.

Quiero terminar planteando una idea descabellada, pero posible: que, previa la realización de un levantamiento hecho por expertos, se someta al Poder Ejecutivo un listado de edificaciones que puedan ser declaradas de utilidad pública, de acuerdo con la Constitución y las leyes vigentes, y que después del pago correspondiente a sus propietarios se proceda a la implementación y ejecución de un proyecto serio de rescate y conservación y la creación de un patronato que se encargue de la administración y cuidado de los edificios rescatados.

La verdad es que no entiendo por qué aqui vivimos añorando y suspirando por aquellos tiempos de la "Tacita de Oro" y de la 'Danza de los Millones" y al mismo tiempo podemos ver con indiferencia y cruzados de brazos como se caen a pedazos los vestigios de aquellos años de bonanza y de crecimiento económico y social. Hagamos algo ya.

Odalís Fernández Casado,

Abogado y Periodista.-

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