SANTO DOMINGO.- Un
"alud" de hechos violentos, algunos de ellos insólitos, ha sacudido
al país en la última semana.
El pasado martes, el
país despertó con la noticia de una tragedia en El Libertador de Herrera,
protagonizada por un hombre que mató a su esposa, a un hijo, hirió a una
hijastra, y luego se quitó la vida.
Cuando todavía las
víctimas no habían sido sepultadas, otra mujer murió estrangulada supuestamente
de manos de su pareja. Eso fue el miércoles, el mismo día que un hijo mató a su
padre en un pleito por un motor. El jueves encontraron a una mujer
descuartizada en La Vega.
Y el fin de semana, en
Las Cañitas, Osvaldo Ozuna Wasson murió de un disparo mientras celebraba un
cumpleaños. También el fin de semana, dos miembros de la Policía se batieron a
tiros en una discoteca de Haina, uno murió y también resultó muerta su esposa.
Aunque todos estos
hechos sucedieron días después de las elecciones, el siquiatra César Mella, no
cree que tengan relación con frustraciones electorales.
Dice que un grupo de
estos sucesos tienen carácter "sentimental" y que en otros está
presente la crisis de autoridad.
Entiende que como sociedad
hay que reflexionar sobre la cantidad de armas de fuego sin control, el consumo
de sustancias sicoactivas, y la cantidad de personas con trastornos de
personalidad.
Según la antropóloga
social Tahira Vargas, esto es consecuencia "de una sociedad que tiene una
plataforma de violencia en su convivencia cotidiana y en su formación
social".
Argumenta que como
parte de esta cultura, el hombre es educado para ser violento, y la violencia
se asocia a la virilidad, al machismo y al poder. Agrega que otro elemento
que se adiciona es la inseguridad social, que lleva a la población a armarse.
Fuente: DIARIO LIBRE
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