El jefe de la Policía, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, afirmó que grupos minúsculos a lo interno de la institución son los que se oponen rabiosamente al proceso de cambios que se lleva a cabo, al tiempo de asegurar que la jefatura no manda a matar a nadie.
Manifestó que fuerzas invisibles que sienten afectados sus intereses, se oponen a la reforma policial, luego de que la jefatura en una lucha frontal combate la corrupción, la lucha contra el narcotráfico e impulsa los cambios institucionales a través de todos los medios.
No obstante, el jefe de la Policía expresó que respeta las críticas que en su contra se han difundido a través de los medios de comunicación, donde ciudadanos de diferentes sectores han pedido su destitución y que pare las muertes por partes de sus agentes en alegados intercambios de disparos.
Dijo que la Policía está en el sagrado deber de cumplir y hacer cumplir la Constitución y que él es respetuoso de las críticas externas en su contra al tiempo de comprometerse “hacer una autoevaluación para enderezar cada día la institución que dirige”.
“Pero la Policía no ordena matar a nadie, jamás; por el contrario en tres años se han separado de la institución a más de ocho mil agentes por diferentes delitos y violaciones a los derechos humanos”, aseguró el general Guzmán Fermín.
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