HOLA APRECIADOS AMIGOS:
Observando el
comportamiento de nuestra gente común en las calles y en cualquiera de nuestros
lugares, he notado una conducta repetida en muchas de las personas de nuestra
población y ello me hizo concebir la idea de que quienes ostentan esta notorio
forma de ser, reúnen las características de un tipo de persona que bien podría
llevar cruzado en el pecho una vistosa banda con el título de “EL REY DE LA
SELVA.”
El Rey de la Selva ha
de ser pues aquel individuo que viviendo en una sociedad regida por leyes y
normas jurídicas sociales y éticas, actúa olímpicamente de espaldas a éstas en
todas las circunstancias de su vida.
El rey de la selva no
tiene buenos modales. No pide permiso; no respeta los símbolos patrios; no
guarda silencio en los lugares y momentos solemnes; no camina entre la gente
sino que empuja a los demás; no pide disculpas; no se dirige a los demás con
cortesía; no respeta los turnos en las filas; no cede el paso bajo ninguna
circunstancia; no saluda cuando se presenta a los lugares; no da las gracias
cuando recibe algún favor o servicio; conduce temerariamente y no respeta las
señales de tránsito; no es colaborador; no conoce la cordialidad; tira basura a
las calles; fastidia a los vecinos con música ruidosa a toda hora; su lenguaje
es una jerga insolente; grita y vocifera; no dialoga sino que monta un
monólogo; no sostiene un dialogo, no escucha sino que interrumpe tenazmente a
quien intenta conversar con él; no trata con respeto a las personas mayores de
edad o envejecientes; no corteja las mujeres sino les lanza improperios o les
hace insinuaciones irrespetuosas; no cierra la puerta sino que la tira, entre
otros incontables malos hábitos.
El Rey de la Selva
genera una ambiente contaminado y fétido, asfixiante. El rey de la selva es
enemigo de la sana convivencia pues su conducta corroe los eslabones de las
cadenas que unen las mejores relaciones humanas, atenta contra la paz
ciudadana; es un generador de miseria humana.
El Rey de la Selva es
cualquiera, en nuestro medio tenemos montones de Reyes de la Selva. Ah, pero
también tenemos Reinas de la Selva y con atributos similares. Desafortunadamente
el Rey de la Selva tiene súbditos y cortesanos. ¡Es una lástima en pleno siglo
XXI!
¿Quiénes son los
súbditos y los cortesanos del Rey de la Selva? Quienes han dado la espalda a la
obligación de velar por la educación y la formación humana y en valores de la
sociedad dominicana, son los cortesanos, ellos son los nobles patrocinadores de
estos reinados. Los súbditos somos todos los que miramos indiferentes y
bendecimos el accionar de estos seres primitivos aparentemente sobrevivientes
de época del hombre de las cavernas.
Mis respetos a quienes
renunciaron a ser el Rey o la Reina de la Selva a quienes nunca lo fueron y a
quienes nunca lo serán y entendieron que es mejor ser personas civilizadas,
buenos ciudadanos. A ellos, que agradecerá el mundo entero haber predicado y
predicar con el buen ejemplo.
Ruego humildemente a
quienes lean esta reflexión, poner todo su empeño en la correcta formación de
sus hijos y de quienes están llamados a seguir su ejemplo, para que cada vez
tengamos menos pequeños tiranos, cada vez menos Reyes de la Selva y si mi ruego
no es escuchado, les garantizo apreciados conciudadanos, que tendremos por los
siglos de los siglos nuestra flamante familia real. El Rey y la Reyna de la
Selva.
Su fiel amigo, Juan
Tomás Mercedes Payano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario