RAMÓN CRUZ BENZÁN /
DALTON HERRERA
SANTO DOMINGO, RD.- Los
investigadores del caso de la niña Carla Massiel Cabrera tienen elevadas
sospechas de que en el perímetro donde fueron encontrados los restos que se
cree pertenecen a la pequeña podrían haber otros cuerpos enterrados.
Así lo informó el
portavoz de la Policía Nacional, general Nelson Rosario, quien dijo que el
descenso efectuado el pasado sábado cerca de la vivienda familiar de la pequeña
Carla Massiel era “para descartar que aparezcan otros cadáveres de otros casos
que estén pendientes de resolver”.
“En la continuación del
proceso de perseguimiento a los casos, ayer continuaron porque se quiere
descartar que haya otros hechos; que aparezcan cadáveres de otros casos que
estén pendientes de resolver”, agregó.
“Se está rastreando
toda esa zona para despejar toda duda de que hay más casos en esa área; en eso
es que se está trabajando y en espera de los resultados del Inacif; estamos a
la espera de los resultados de la osamenta”, añadió el portavoz policial.
Indicó que el
ministerio público “rastrea toda la zona, descartando que otros casos tengan la
misma situación, para entonces profundizar las investigaciones”.
Hasta ahora, asegura,
“no hay nuevas evidencias”.
El sábado pasado,
agentes de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim); del
Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y la fiscal de la provincia
Santo Domingo, Olga Diná Llaverías, efectuaron un descenso en el entorno donde
fue encontrada la osamenta que se cree pertenece a la pequeña desaparecida.
La niña Carla Massiel
Cabrera, de 10 años de edad, desapareció el 25 de junio de 2015. Residía en la
localidad Los García, de La Guáyiga, en Pedro Brand, junto a su madre,
Diolandita Cabrera, y su padrastro, Manuel Reyes.
Hablan padres de acusado
Amparo Infante y José Trinidad, padres de
Dawin José Trinidad Infante, vincularon a Ronald Castillo (a) “El Flaco” en el
caso de la niña Carla. Este individuo fue abatido el 9 de noviembre de 2015
durante un enfrentamiento con la Policía por haber robado un vehículo con un
niño dentro.
José Infante reveló
ayer a Listín Diario, que “el mismo día que se desapareció la niña, El Flaco,
supuestamente, andaba ahí en una guagua de doble cabina, roja, y de ahí
pa’lante más nunca volvió a entrar desde que desapareció esa muchacha”.
Además, el padre del
imputado señaló que el occiso iba con frecuencia a una finca cercana a la
localidad, propiedad de un médico que también falleció el año pasado.
Según el informe
policial, Castillo fue abatido, junto a un cabo de la institución, cuan do se
disponía robar una yipeta, en cuyo interior había un niño de cuatro años, que
posteriormente fue rescatado.
Informaciones
preliminares revelaron que alrededor de las 7:30 de la noche de aquel día, el
sargento mayor Joel Guerrero Medina, padre del niño de 4 años, llegó a la
Barbería Sandy y Deivi, ubicada en la calle José Rojas, de San Pedro de
Macorís, a bordo de la referida yipeta, en compañía del cabo Martínez García,
hoy occiso, su esposa Monción de Guerrero y el hijo de ambos.
Guerrero Medina narró
que estando dentro de la barbería escuchó una detonación y de inmediato salió,
percatándose que desconocidos robaban el vehículo, originándose un intercambio
de disparos. Dijo que en ese momento su esposa escapó y desmontó de la yipeta,
alertó a las autoridades y reportó la situación, montándose varios dispositivos
en autopistas y carreteras.
Fue tras esa acción que
agentes del orden, apostados en la autopista Las Américas, próximo a la entrada
de Andrés, en Boca Chica, en un punto de chequeo hicieron contacto con los
asaltantes y se originó un intercambio de disparos.
Revelaciones
El padre del imputado
también aseguró que “El Flaco” vendió, supuestamente, a su sobrina de 13 años a
un médico que residía en ese lugar.
“El Flaco y la hermana
de él metieron una sobrina pa’llá y, supuestamente, él le dio dinero y la tenía
como mujer ahí, le compró carro y apartamento”, espetó.
Según la Policía, una
clínica fue allanada luego de que se hiciera mención de una clínica en la Zona
Oriental.
TRASLADAN A DAWIN PARA
MAYOR SEGURIDAD
Las autoridades han
informado de que el recluso Dawin José Trinidad Infante, vinculado en la
desaparición de la niña Carla Massiel, junto al imputado Juan Cabral Martínez
(Chuti), fue trasladado a la celda Alaska de la cárcel de La Victoria.
Antes estaba en el área
de los Galpones.
Trascendió que el mismo
tiene restricciones de visitas y para verlo tiene que ser autorizado por la
fiscal Diná Llaverías o por el director general de Prisiones, general de
brigada de la Policía Nacional, Tomas Holguín La Paz.
Según el expediente del
ministerio público referente a este caso, una menor de 8 años de edad manifestó
ante la Unidad de Atención Integral a Víctimas de Violencia de Género
Intrafamiliar y Delitos Sexuales de la provincia Santo Domingo que vio a Carla
Massiel con una mano agarrada, sangre en la nariz y la frente, corriendo de un
hombre que ella identificaba como grande y flaco, con dos estrellas en los
brazos.
Posteriormente, la
menor identificó a Juan Cabral Martínez como la persona que perseguía a
Cabrera.
El otro testigo reveló
que el mismo día de la desaparición de la niña pudo ver a dos personas que montaron
a la niña en una motocicleta. Tras serle mostradas fotografías de los imputados
pudo identificar a Dawin José Trinidad Infante como la persona que tenía la
pistola en mano, agarró a la menor y la subió a la moto.
Alaska es uno de los
doce pabellones con que cuenta la Penitenciaría Nacional de La Victoria, y
hasta marzo de este año tenía 572 internos (el número fluctúa constantemente
por la movilidad de los reclusos, poco más de 8,000 en total para ese mes), y
es considerada la segunda zona más “cómoda”, y por ende una de las más
“tranquilas y seguras”, del centro penitenciario después de los “Pasillos B”,
donde residen sobre todo extranjeros, aunque eso nunca se puede dar por
descontado.
El pabellón “Alaska”,
llamado así, por su temperatura fresca debida a su ubicación y al menor
hacinamiento comparado con otros pabellones, se encuentra en el ala izquierda
del penal y aunque físicamente está unido al bloque octogonal originario, la
comunicación con los demás pabellones fue cortada en una reforma estructural
hecha en la década de los 90 (aunque el pabellón completamente separado del
penal sigue siendo “Los Galpones”).
Las celdas, 26 en
total, miden entre 10 y 12 metros cuadrados (casi la mitad de una cancha de
tenis) y albergan a un promedio de 25 personas que llegan allí por su buena
posición económica, por contactos o por recomendación. Aunque hay internos que
duermen en el suelo (“ranas”) y pagan un cupo por hacerlo, el lugar es
realmente caro y una “goleta” (lugar donde duermen los reclusos), no cuesta
menos de 60,000 pesos.
FUENTE LISTIN DIARIO
FUENTE LISTIN DIARIO
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