FLORENTINO DURÁN Y
FRANCIS ANÍBAL
Juan Dolio, San Pedro de
Macorís, RD.- Dos de los involucrados, incluyendo uno de los cabecillas de la
banda “Los Verdugos de la Fosa”, quienes dieron muerte de forma cruel a varios
choferes de minibuses y camiones de la región Este, residían en la vivienda de
la sargento de la Policía Nacional, Luz Divina Martínez, de 32 años.
La suboficial que fue
coreada “asesina” en varias ocasiones por los familiares de choferes
desaparecidos, dos de cuyos cadáveres fueron sepultados, es esposa de Hugo
Zorrilla Alfonseca (Palulo). El apresado lideraba el grupo y admitió que fue
quien ubicó al chofer Germán Arredondo Quezada para que lo llevara a Juan
Dolio, donde su socio Radhamés, lo encañonó, lo llevó al lugar, lo ató de pies
y manos y lo lanzó a la fosa con vida.
Se dijo que la oficial
es nativa de la sección Mata de Palma de El Seibo, hija del señor Fino.
La sargento, a quien
investigan, entre otras cosas, es señalada como la persona que prestaba su arma
a los involucrados, aunque negó su participación frente a la jueza Farida Abud,
quien pospuso para el martes el conocimiento de una medida de coerción, por
falta de defensa. Al ser interrogada por la magistrada en el conocimiento de la
medida de coerción en el Palacio de Justicia de San Pedro, reveló que otro de
los detenidos vivía en su casa, mientras familiares le gritaron al salir
“asesina, prestaste la pistola para que mataran esos humildes choferes”. Mientras la pareja guarda prisión, los
abogados de la familia de los asesinados adelantaron que poseen muchas pruebas
de su participación.
El procurador fiscal de
San Pedro, Pedro Núñez Jiménez, negó que Hugo Antonio Zorrilla Alfonseca, uno
de los acusados de la muerte de los choferes, obtuviera una libertad fácil hace
poco y aclaró que fue investigado por un homicidio anterior, por el que estuvo
siete meses en prisión.
Alfonseca fue acusado
de la muerte de Vidal Berroa Manzueta, quien fue encontrado con un block debajo
del puente Higuamo de San Pedro hace cerca de un año.
El detenido es hijo de
un coronel de la AMET en la región y “a esa persona, no hubo forma de probarle
la acusación con méritos, al no tener los elementos, precisos, concordantes,
que lo comprometieran por lo que dieron archivo provisional”.
¿Cómo realizaban sus
fechorías?
Radhamés Antonio
Ramírez narró que primero ubicaban a sus víctimas, luego “a punta de pistola
les quitábamos todas las pertenencias que tenían encima; los amarán de manos y
pies, y si este se ponía bruto, lo maltratábamos”.
Explicó que “les
colocábamos una funda plástica en la cabeza y finalmente los lanzábamos vivos
en la cueva (fosa) de Juan Dolio”.
Confesó que asesinó a
los tres, al revelar el lugar a los investigadores y al Ministerio Público
representado en estas investigaciones por la fiscal adjunta, Carmen Mohammed,
lo que llevó al rescate de los cadáveres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario