Al mismo tiempo que en
México crece la preocupación por la llegada de la temporada de lluvias y el
consecuente aumento de enfermedades como zika, dengue y chicungunya
transmitidas por el piquete del mosquito Aedes aegypti, la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) informó que sus investigadores Alejandra Bravo y Mario
Soberón identificaron y probaron toxinas que son capaces de matar a las larvas
de ese mosquito.
Dichas toxinas son
producidas por dos cepas diferentes de la bacteria llamada Bacillus
thuringiensis y pueden ser llevadas hasta los cuerpos de agua estancada donde
se reproduce el mosquito y colocadas en forma de pellets, que son pequeñas
“croquetas” o cilindros de biomasa que no se disuelven, son atractivas para las
larvas y pueden ser retiradas con facilidad sin afectar a la salud humana.
El desarrollo biotecnológico
ya fue patentado y actualmente tramita los registros y permisos para comenzar a
ser comercializado.
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