GUAYACANES, SAN PEDRO
DE MACORÍS, RD.-Los últimos minutos de vida de Merolin
Mercedes Cordero (Tatacoa), de 9 años, fueron en manos del depredador sexual
que la violó hasta desgarrarle la vagina. Luego la estranguló y lanzó su cuerpo
en la playa de Guayacanes.
Fue asesinada el
Viernes Santo, aproximadamente entre las 7:30 y las 8:00 de la noche.
Su cadáver fue
encontrado pasadas las 12:30 de la noche del Sábado Santo, cuatro horas más
tarde de la intensa búsqueda de familiares y vecinos que rastrearon la zona del
Bulevar, el parque y la playa, donde la niña flotaba boca arriba y desnuda.
El acusado del crimen, Misael Abraham Castro, fue sometido a la justicia y espera que le conozcan medida de coerción en un tribunal de La Romana.
La madre de la pequeña,
Ángela Cordero; el padre, Israel Mercedes, en medio de la tribulación, dicen
que esperan que la justicia condene al joven de 19 años, que laboraba en una
motocicleta, como repartidor de un colmado de la comunidad, y al que le han
descubierto otras acusaciones de acosador de menores de edad.
Lo más extraño de este fatal suceso es que nadie sospechara de la conducta del joven que las menores de edad identifican como la persona que las molestaba de manera constante en el centro de Internet y en el parque. Incluso, una hermana de Merolin, también menor de edad, narró a redactores de HOY que en una ocasión, Misael la amenazó con darle una puñalada si no se le entregaba a él.
Otras historias que
hacen suponer que el acusado cazaba a menores de edad es la que señala Maiki
Calzado (Blanca), de que reciente tuvo un enfrentamiento con el joven, porque
lo encontró en una conversación atrevida con niñas en el patio de su casa.
“Lo bote de aquí y le
advertí que no soportaría eso, porque crío una niña”.
Angélica García, prima de la víctima y quien estuvo con ella en la playa horas antes de su muerte, contó que Misael solía preguntarle por Merolin, pero que jamás se fijaba en mujeres adultas.
Expresó que la tarde
del Viernes Santo regresaron de la playa y la pequeña, que se había hecho unas
trenzas en el pelo con los colores de la bandera dominicana, continúo jugando
en el entorno de su vivienda.
Ira de tíos y la
comunidad. Teddy del Rosario, tío de la niña, lloró profundamente antes de
explicar que Misael ofrecía su celular a las niñas para que vieran imágenes
pornográficas. Él y María Vargas, prima de la víctima, indicaron que Merolin
frecuentaba el centro de Internet. La hermana de Merolin también agrega que un
día, el administrador del centro tuvo que llamarle la atención a Misael para
que dejara de molestarlas.
¿Qué sería Merolin?
Ángela lamenta que un verdugo le arrebatara la existencia a la niña que se
animaba a ser bailarina y que gustaba de maquillarse y pintarse las uñas. “Mi
niña estaba bien en su clase. Nunca se quemó y estaba en tercer curso de la
primaria”.
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