martes, 22 de diciembre de 2015

MUSEO DE HISTORIA DE SAN PEDRO DE MACORÍS.

El Museo de Historia de San Pedro fue fundado el día 02 de diciembre del año 2005, por iniciativa de cinco petromacorisanos orgullosos de la tradición y la historia de su gente y el desarrollo que en su día colocó a San Pedro de Macorís en la cima del progreso nacional. El museo se convirtió en realidad, gracias al esfuerzo de Juan Antonio Mateo, José Quiñones, Joel García, Danilo Perera y Orlando Doble Nieves.

Las piezas que integran su colección, pertenecieron a la colección privada de sus fundadores. Pero también otros residentes del pueblo, se han acercado a donar objetos de interés histórico, que le pertenecieron a sus familiares. El objetivo de los fundadores del museo, desde sus inicios, fue que la cultura y la historia de San Pedro de Macorís no se perdieran y contarlas a las nuevas generaciones, así como a los visitantes del país y del extranjero. 
La guía Carmen Dilia Santos explica que los fundadores del museo, ante el orgullo que sienten por haber sido San Pedro de Macorís la cuna del desarrollo dominicano, quisieron fomentar la entidad para que todos conocieran la historia de la Sultana del Este. Comenzaron realizando exposiciones en diferentes espacios, hasta que la alcaldía municipal, donó los terrenos en los que funciona desde su fundación hasta la fecha, en la calle independencia número 13.

Las instalaciones constan de ocho salas a través de las cuales se va contando la historia completa de San Pedro de Macorís. Una historia en la cual no faltan sus primeros años, los hombres más destacados en las artes, las letras, el deporte, el folclor, así como el punto de partida de la industria azucarera, que tanto esplendor le brindó al país. Con orgullo, son presentados objetos que hablan del crecimiento que fue experimentando esa ciudad a lo largo del tiempo. En el patio del museo, se destaca el último coche que quedaba y que fue donado por el alcaldía municipal, una cigüeña, donde los obreros se trasladaban de un lado a otro. Las puertas de este museo están abiertas para grandes y chicos de martes a sábado de nueve de la mañana a cuatro de la tarde de forma gratuita.

OCHO SALAS LLENAS DE HISTORIAS.
Las instalaciones del Museo de Historia de San Pedro de Macorís, están divididas en ocho salas, en las cuales, desde la entrada, se comienza a realizar un relato de la vida de la provincia, por la cual inició el progreso del país.

EN ESTE ESPACIO, NO FALTA NADA.

El visitante conoce, desde que llega, las primeras manifestaciones del progreso, las figuras del arte y la cultura que han trascendido y han aportado con su obra a la grandeza del pueblo.

SALAS.

El museo tiene ocho salas, la primera está compuesta por las representaciones en imágenes de las primeras instituciones que existieron en San Pedro de Macorís.

La segunda sala está dedicada a Los Guloyas y todas las expresiones folclóricas de la ciudad.

En la tercera sala pueden apreciarse los primeros aparatos telefónicos de la época.

La cuarta sala está dedicada a los peloteros, (jugadores de béisbol) ya que la producción de jugadores de béisbol es una de las características de este pueblo. 

El quinto salón está reservado a los escritores y poetas nacidos en San Pedro de Macorís.

La sexta sala representa una pequeña área victoriana al estilo de los primeros años de la provincia y una pequeña cocina, con utensilios de la época, al final una pequeña galería con pinturas donadas por los artistas plásticos oriundos del lugar.

LA DIRECTIVA.
Cada cierto tiempo, la dirección del museo recae sobre uno de los fundadores, en la actualidad la dirección la ostenta Juan Antonio Mateo, este mes concluye su mandato. Cada dirección tiene dos años de duración.

En la actualidad, la población de Macorís está compuesta en su mayoría por inmigrantes de diferentes partes del país y de otra nacionalidad.

“Aquí casi no quedan macorisanos netos, la mayoría se fue al extranjero, a la capital o se fueron a trabajar a Punta Cana”, lamenta Carmen Dilia.

Otro de los grandes atractivos en cuanto a piezas de exhibición, la constituyen los cangrejos, pues eran tan abundantes en la zona, en un tiempo, que las personas los capturaban sentados en el patio de sus casas, “el crecimiento industrial, fue secando los manglares y con ello, poco a poco, fueron desapareciendo los cangrejos”, afirma.

El museo cuenta la historia de los lugares y actividades que realizaban los jóvenes de antaño y que fueron desapareciendo con el paso del tiempo.
En la actualidad, es poco lo que la juventud del pueblo puede hacer en materia de diversión, aunque van al Malecón, se quejan de que éste no es un lugar adecuado, pues carece de higiene y seguridad.

La única ayuda económica que recibe el museo, es de la alcaldía municipal.

El personal lo integra, Carmen Dilia, guía y secretaria, y otra señora que está encargada de la limpieza, a ambas les paga la alcaldía, los demás, incluyendo a la directiva, son honoríficos.

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