POR MANUEL SANTANA
El pasado viernes 26 de
diciembre del 2014, un humilde jovencito de 15 años fue asesinado de un balazo,
este joven era hijo de una familia muy pobre económicamente pero muy rica en
moral, disciplina y respeto.
Esas razones son las que me motivan para hacer
un llamado a la conciencia de las autoridades judiciales que van a ventilar
este caso, lo hagan con justicia y haciendo honor a lo que juraron, estar
apegado a la verdad, este caso no puede quedar impune porque por ley de vida
este joven murió en esa situación pero no fue porque se busco esto y el pueblo
lo grita a una sola voz.
También hago un llamado
a sus familiares que permitan que la justicia tanto divina como terrenal haga
su trabajo, que de ninguna manera acepten sugerencias de personas tentadas por
el mismo diablo que les vengan a sugerir que hagan justicia por sus propias
manos.
¡No!, no los escuchen, ustedes saben quien lo
hizo y para el si hay que exigir que se haga cumplir la ley y se haga justicia,
es que no solo ustedes lo piden también la comunidad lo exige.
A los sectores del
Quilombo y La Habana, quiero dar mis más sincero agradecimiento por la gran
muestra de solidaridad que exhibieron al momento de hacer la recolecta para la
compra de la sangre y a si tratar de lograr salvarle la vida al joven.
Con tristeza les digo
que no encontramos la sangre por ningún sitio y el dinero fue entregado a sus
familiares, debo decirle que cuando me fui para el hospital, conmigo se fue un
donante voluntario que no tenía la misma sangre.
Pero se podía hacer un cruce y con todo el
gusto y humanidad esta persona se saco una pinta de sangre pero no hubo tiempo
para hacer la transfusión. Gracias mil por ese gran esfuerzo amigo y hermano
Ray hijo de la Dra. Juberkis Vanterpool, gracias mil hermano que Dios te
continúe bendiciendo.
Al final pido que
estemos atentos a lo que sucederá en los juicios que vienen y que pidamos a
Dios que le de fuerza y valor a los familiares para soportar esta perdida y que
le saque de la mente cualquier espíritu maligno de venganza porque Dios tiene
el control de las cosas.
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