jueves, 6 de marzo de 2014

LEO ESCRIBE… El privilegio del motorista.

LEO MARTINEZ

En la República Dominicana aunque la constitución establece  que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, en el caso de los conductores de motocicletas hay una excepción. Estos están exentos de cumplir la vieja ley 241 que regula el transito.

Esos distinguidos ciudadanos que se desplazan por Avenidas, Calles, Autopistas y Carreteras. Están consentidos por las autoridades para violar de la forma más olímpica las llamadas leyes del tránsito. Resulta tan fácil encender una motocicleta y lanzarse a las calles, que ya muchos en diferentes pueblos del país, venden sus caballos, burros y bicicletas para comprarse un motor.

De esos privilegiados conductores, nadie se preocupa por saber si conocen el significado de los símbolos que sirven de base al desplazamiento por las vías. Por su ignorancia desconocen la función del semáforo, transitan en vía contraria, suben más de dos personas en la moto, rebasan por la derecha, transitan sin placas y sin luces en las noches. Peor aún les entregan las llaves de sus motores a menores de edad, para que salgan a sembrar el terror conduciendo con la llanta delantera  levantada.

La placa, el seguro y la licencia. Que son una especie de los tres golpes de la dictadura aquella, parecen cosas del pasado. Con tener un casco protector en la cabeza o en el timón de la moto,  es más que suficiente para lograr el visto bueno de la autoridad competente.

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