ESTADOS UNIDOS.-
Hemos tenido muñecas que se hacían pipí, gateaban, hablaban y caminaban. Las hemos
tenido con figuras perfectas de reloj de arena. Muchas otras que vienen con
diminutos biberones.
Pero nunca habíamos
tenido una muñeca para amamantar cuyos sonidos de succión se activan con los
sensores cosidos a la altura de los pezones de una pechera que se colocan las
niñas, lo que causó algunas críticas cuando llegó al mercado en Estados Unidos.
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