“Cuando llegué a la casa su hijo me dijo: papi
está en el monte, papi se va en yola hoy”
“YO LE DIJE QUE NO
SE FUERA Y SE FUE” LAS HISTORIAS SON MUCHAS, PARIENTES DE LOS MUERTOS Y
DESAPARECIDOS DEL NAUFRAGIO RECUERDAN MOMENTOS PREVIOS AL INFIERNO.
POR SANTA MARTE/LISTIN DIARIO.
SABANA DE LA MAR.- Pasadas las 7:00 de la noche
de ayer llegaba el último cadáver recuperado de un total de 52 fallecidos que
hasta el momento ha dejado la peor tragedia de naufragio que ha vivido este
pueblo de Sabana de la Mar, y una de las peores de la República Dominicana.
El asombro es evidente en los integrantes del
equipo que trabaja a contrarreloj y que a cinco días de ocurrir la tragedia
todavía continúan recuperando cadáveres.
Ayer fueron sacados de las aguas
saladas otros cuatro cuerpos, cuyo estado de descomposición ha llevado a
que de inmediato sean envueltos en fundas plásticas, luego en una lona y
posteriormente introducidos en los ataúdes, que también son arropados por otra
lona. De esta forma se busca evitar que expidan hedor y causen enfermedades.
Yogeni Severino Amparo, de 33 años, un ebanista
que dejó a sus tres hijos y su esposa para buscar una mejor vida, no se llevó
de los consejos de su madre, Benita Margarita Severino, y hoy forma parte las
10 personas que aún están desaparecidas.
“Él quería conseguir más dinero, se encontraba
poco lo que estaba consiguiendo y tomó esa decisión de irse. Yo sabía de la
travesía, pero yo le dije que no fuera, que no se metiera en ese viaje y se
fue, porque me había criado en el agua y sabía lo que era eso”, dijo Severino,
quien también perdió a un sobrino. Residen en Los Alcarrizos, en la Capital.
Las fuertes olas se han encargado de arrancarle
la piel a los cuerpos, lo que hace el drama más desgarrador para los que tienen
que enfrentarse a ellos.
La aparición de un primer sobreviviente
aproximadamente a las 12:00 del mediodía del pasado sábado, fue lo que alertó a
las autoridades de lo que estaba pasando. Minutos después ya la noticia corría
como pólvora, sin que los comunitarios se imaginaran la magnitud de lo ocurrido.
A seis días del hecho las autoridades aún continúan rescatando cadáveres, que
ayer ascendían a 52 y sólo 13 los rescatados con vida.
Adolfo Javier, sub director de la Defensa Civil
en El Valle, Sabana de la Mar, destacó la solidaridad con que se ha manifestado
la comunidad, señalando que todos han cooperado y se han sentido identificados
con la causa.
“Yo mismo no creía que existía para ver tantos
cadáveres descompuestos. Ver tanta gente llorando, ya estoy preparado para
todo”, dijo Javier, quien permanece en el lugar desde el mismo momento en que
se supo del hecho.
Llegar al cementerio municipal, donde se ha
habilitado un lugar para depositar a los cadáveres aún sin identificar, no es
nada alentador, y es que desde el cielo hay una señal que avisa la gran
cantidad de cuerpos descompuestos, por las mauras que sobrevuelan la zona
atraídas por el hedor.
En el lugar ya se habían construidos dos fosas
comunes para sepultar a los cuerpos sin identificar, pero la medida fue
descartada por el fiscal de Hato Mayor, Manuel Emilio Santana, debido a que la
considera como algo del pasado y
rudimentaria.
Hasta pasadas las 8:00 de la noche permanecía en
el lugar un equipo del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), que
trataba de identificar algún rasgo de los cadáveres para proceder a sepultarlos
de forma individual.
Antoni Jiménez, quien amaneció el miércoles en el
campo santo cuidando que los animales no fueran a despilfarrar los cuerpos,
narra que la desesperación abrumaba a los primeros sobrevivientes que llegaron
a orillas de la playa.
“Desesperados estaban los que llegaban diciendo
que habían dejado gente atrás, pero que no sabían nadar y se ahogaron”, cuenta,
al referirse a los primeros sobrevivientes que se asomaron a la orilla de la
playa.
El común denominador entre los que deciden
arriesgarse en el mar es tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, en esta
ocasión fue distinto, y es que varias de las víctimas no vivían en condiciones
de pobreza que los obligaran a tomar esa decisión
La ilusión llevó a Cáceres a aventurarse en una
travesía que le costó la vida dejando en la orfandad a un niño de tres años.
En los últimos dos días han sido rescatados 26
cadáveres en el lugar, de los cuales cuatro se encontraron ayer, donde las
autoridades recorren afanosamente toda la zona hasta Samaná con la esperanza de
encontrar a algún sobreviviente.
Daniel Rosado, de San Francisco de Macorís,
también aguarda porque aparezca su hermano Alfonso Rosado Roche, de 40 años,
quien había viajado a Nueva York y Puerto Rico tres veces y fue deportado dos
años atrás.
“Dejó una amante en Puerto Rico, parece que ella
lo estaba atacando mucho y decidió irse. Pero a mí él me engañó, me dijo que
iba a comprar un carro, me mandó a un dealer a probarlo y cuando lo llamo en la
tarde me dice: no, déjalo para mañana y, entonces, cuando llegué a la casa su
hijo me dijo: papi está en el monte, papi se va en yola hoy”, dijo,
Rosado Roche era un comerciante que compraba y
vendía carros y casas, por lo que según su hermano vivía de forma holgada y que
no tenía necesidad de aventurarse a la travesía.
Roche también forma parte de los desaparecidos
que ha dejado un viaje a la muerte que duró dos meses organizándose.
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