lunes, 28 de noviembre de 2011

RELATOS DE UN ASALTO..

MARCOS CAMINERO
UNA VICTIMA DE LA DELINCUENCIA.
Marcos Caminero retornaba a su casa como lo hace habitualmente desde hace muchos años, la noche del jueves en compañía de su hija de unos 10 años. Sin imaginarse que viviría una de las experiencias mas desagradable de su existencia.

Concluía la jornada de ese día, después de participar en una entrevista radial en una emisora local, donde hablo básicamente de los aportes a la música navideña que ha realizado en su carrera como intérprete de merengue de más de 35 años en la Republica Dominicana.

Ni remotamente pensaba nuestro gran artista lo que le esperaba en su residencia en Villa Providencia detrás del viejo Cementerio Municipal de San Pedro de Macorís. Muy complacido concluyo la entrevista pasada las 9 de la noche.

Abordo su vehículo junto a su hija que le acompañaba y se dirigió a la tienda de una popular estación de combustibles de la Avenida Circunvalación, pidió dos café y dio un vistazo a las noticias del día que publicaba un periódico de la tarde.

Ya muy próximo a las 10 de la noche Marcos abordo su vehículo y condujo por un tramo de la Avenida Circunvalación llegando a su residencia, desmontando al frente a su pequeña hija justo en la puerta de entrada, se dirigió a la parte posterior de su hogar, cuyo patio colinda con la parte trasera del viejo Cementerio Municipal de San Pedro.

Al ver la oscuridad del área que da acceso a la parte posterior de su casa donde siempre guarda su vehículo, pensó en ese momento la situación que había vivido la madrugada de ese jueves, cuando tres individuos aprovechando la tiniebla de ese tramo de calle sin salida, conversaban de manera sospechosa en el interior de un vehículo frente a la pared.

Entro al patio estaciono su vehículo, se desmonto y puso el seguro de las puertas con el control del automóvil, verifico si la puerta del conductor se había cerrado, comprobando que todo estaba bien. Con las llaves en las manos da la vuelta para proceder a marcharse y dejar su vehículo estacionado como es costumbre.

Al girar su cuerpo hacia la derecha se encuentra con un individuo con el rostro cubierto que pistola en mano lo apunta a la cabeza y le comunica que es un asalto, en ese momento surge desde un escondite el otro asaltante quien también le apunta con una pistola, al igual su compañero tiene el rostro cubierto.

Con autoridad y apuntándole siempre a la cabeza el asaltante lo conmina a que entregue las pertenencias, el reloj, el guillo, le arrebata la cadena que lleva en el cuello y las llaves del vehículo que tiene en la mano derecha, le exige que le entregue el dinero. Marcos introduce su mano derecha en el bolsillo izquierdo de la camisa y le entrega el dinero que lleva consigo.

El asaltante le entrega las llaves del auto a su cómplice, Marcos se mueve unos pasos para permitirle la entrada por la puerta del conductor. Se mantiene en silencio y le pasa por la mente: “Dios mío, que es esto. Yo que no tengo enemigos, ni le he causado daño a nadie, una figura conocida de aquí. Mira en la situación que me encuentro”.

Sus pensamientos son interrumpidos por el asaltante que tiene el control de la situación, lo conmina a que se lance al suelo, Marcos no sale del asombro y no ha pronunciado una sola palabra. Coño´! tírate al suelo boca abajo le grita. El artista pone las rodillas en el suelo y con los brazos arriba. Coño tírate al suelo!. le grita otra vez y le propina el primer maquinazo en la cabeza con la pistola.

Inmediatamente le propina otro maquinazo más, Marcos reacciona y le dice al delincuente: “Si he cooperado y entregado todo lo que tengo porque me golpeas. "Cállese carajo, si no quieres que te de un tiro”, le grita como bestia salvaje. El otro asaltante ya encendió el carro y se dispone a salir de la escena del asalto.

"Tírate al suelo si no quiere que te mate" y le propina el tercer golpe en la cabeza con la pistola que tiene en la mano, Marcos empieza a sangrar. “Tírate al suelo y no levante la mirada para que lo puedas contar” y le propina dos golpes seguidos en la cabeza, la sangre sigue emanando de las heridas y cubriendo el rostro del artista Marcos Caminero, quien indefenso solo piensa en su hija que ya está dentro de la casa y desconoce lo que esta pasando.

El delincuente que esta frente del volante ha sacado el vehículo y esta a la espera del principal ejecutor del asalto, este sale del patio con precaución, dejando a Marcos Caminero tendido boca abajo y sangrando profusamente por las varias heridas que tiene en la cabeza. Aborda el vehículo y conmina a su cómplice a que inicie la marcha y dejan el lugar.

Marcos tendido en el suelo escucha cuando el asaltante que lo agredió estralla la puerta para cerrarla y oye cuando el vehículo inicia la marcha. Sale despavorido a la calle pidiendo ayuda y se dirige rápidamente con el rostro y la camisa ensangrentada al Centro Médico de León, muy próximo a su residencia para recibir las atenciones medicas en las varias heridas que tiene en la cabeza.

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