lunes, 23 de mayo de 2011

EDITORIAL DEL PERIODICO HOY.

Cólera: lo peor no ha pasado.

La epidemia de cólera nació en Haití y se expandió hacia la República Dominicana por dos causas fundamentales: el intenso flujo migratorio desde ese país hacia el nuestro, y la existencia en el nuestro de focos de marginación social que son caldo de cultivo para diversas patologías.

Después de una especie de tregua, con disminución de casos confirmados, la enfermedad ataca de nuevo y se desplaza de barrio en barrio primero en el Distrito Nacional y la provincia de Santo Domigo, y más adelante hacia San Pedro de Macorís, donde es preocupante el número de afectados por trastornos que hacen sospechar la presencia de cólera.

El Ministerio de Salud Pública está claro en que lo peor del cólera no ha llegado aún. Aunque ese ministerio ha hecho lo que debe hacer para tratar la enfermedad, la enorme deuda social con barrios y pueblos virtualmente ata de manos a la autoridad sanitaria.

El saneamiento de cañadas, que debe ser una tarea permanente y rutinaria, se acomete ahora en La Ciénaga y otros barrios como tareas de excepción, por el estado de emergencia. Y resulta que La Ciénaga parece el paraíso, en comparación con la situación que se da en los sectores petromacorisanos en los que hay sospecha de contagio generalizado. Lo peor nunca acabará de llegar, en el caso del cólera y otras enfermedades, mientras siga aumentando la deuda social acumulada.

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