lunes, 11 de abril de 2011

FARÁNDULA DEL MILENIO.

VAKERO CUIDA TU PUBLICO.

Me preocupa la situación del artista del Toconal, creador de tarareados éxitos de la música urbana y para quien el pasado año 2010 fue la plataforma para su lanzamiento a nivel nacional e internacional, gracias a la pegada de su producción discográfica que se escucho en todos los rincones de la isla.

Esa pegada espectacular le mereció y con mucha justeza el premio Casandra al intérprete más destacado de la música urbana, en una lucha desigual con sus colegas que cultivan ese género. Me imagino que ya ustedes saben a quién me refiero.

A Vakero, un muchacho que creyó y aposto a su talento, en una de las carreras más meteórica que conoce la republica, logro colocarse en el gusto popular. Ha sido el primer interprete del género de música urbana que logro llegar a esos exclusivos escenarios reservados para la gevitada de la clase alta de la capital de la país.

Mi preocupación viene porque el medio artístico nacional es muy complejo y por demás complicado, la visión del artista debe estar más allá de la realización de sus presentaciones, composiciones y arreglos. Hay otros detalles no menos importantes que hay que cuidar. Los intereses de los manejadores.

El enfoque del público al cual va dirigido su arte es vital, para mantenerse, para perdurar y para garantizar el sustento. El poder adquisitivo de ese público es algo que merece atención. Vakero está rodeado posiblemente de gente que no repara mucho en esa situación, lo ven como un diamante de ocasión, Al cual hay que sacarle el máximo después de su espectacular pegada.

Pero se pierden en algo elemental, que no repararon en su momento los llamados líderes del merengue, la tarifa la inflaron tanto que terminaron sepultando el género y no obstante todos los esfuerzos que se han realizado ha sido imposible recuperar el tiempo y el espacio perdido.

Es probable que las necesidades económicas de sus manejadores no sean las mismas que las de él. Hoy es Vakero, mañana será otro. El hacerse acompañar de una banda lleno un cometido en su momento, pero ese andamiaje sale muy caro y para los escenarios que reclaman su presencia en pueblos, canchas y estadios, resulta muy costoso verlo en una tarima. Si se compara con los antagonistas que estuvieron disputándose con él, el preciado galardón del artista más destacado del género urbano. El cantante de los raperos Vakero, está en desventaja.

Si no se adecua, es muy probable que vea esfumar la aureola del éxito que ahora lo acompaña. Si la gente de los barrios y los callejones lo quieren ver y tararear juntos sus canciones, pero por los precios de sus presentaciones no lo pueden hacer, terminaran adoptando a otros intérpretes.

La solución es sencilla por el momento, debe abrir las opciones a los contratantes, con los músicos o sin ellos. Con la crisis actual y la propuesta de costo de las entradas a las presentaciones de Vakero, lo veo fuera de foco.

Si se desconecta de su público originario, el cual lo llevo a la cúspide, lo va lamentar. No será cuestión que el Casandra es un premio que azara, es que hay otros intérpretes que están siguiendo el camino espinoso que el esta trillando, pero con más cuidado.

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