EL CARNAVAL VEGANO
NO SOLO VEJIGAS, CARETAS Y TRAJES. FALTA ALGO MAS.
Este domingo se inicio el histórico Carnaval de La Vega que tanto entusiasmo genera en el país y el exterior a juzga por las expresiones de los animadores y/o conductores de la radio y la televisión.
El carnaval que se inicio como un evento domestico ha trascendido, sus vistosos trajes han ido aumentando de precios y la inversión es mayor que en años anteriores, la competencia entre los participantes sigue siendo un atractivo de primer orden en ese renglón.
Observando por la televisión este domingo el inicio del Carnaval Vegano, pude ver que poco ha cambiado de sus génesis hace más de 20 años. Los organizadores olvidan que es un evento que esta concitando la atención nacional y muchos países están pendientes a lo que sucede allí.
El carnaval esta escaso de creatividad como elemento atractivo, los grupos o las comparsas no presentan nada atractivo en la visual a excepción de los trajes, que cada año los cambian. No hay una coreografía que resulte atractiva para la concurrencia, discurre la función en pasearse junto al público por la avenida donde se realiza la actividad, lo cual dificultad en ocasiones poder apreciar los detalles de los trajes.
Olvidan que el carnaval es parte ya de un espectáculo televisivo con cobertura nacional e internacional. Más que una chercha pueblerina debe pensarse en la gran concurrencia y la visual televisiva.
Descuidan los conceptos asociados a los nombres. Este año hay una comparsa denominada los cocolos, y en este país cuando se habla de cocolos, se asocia a los guloyas de San Pedro de Macorís.
Los Guloyas tienen una conceptualización bien definida, un vestuario que se distingue por una serie de características y accesorios que son parte de su confección. Lo mismo sucede con otras comparsas, cuyos nombres no guardan relación con la adecuación y el concepto intrínseco del nombre propio adaptado.
Los organizadores tienen que poner atención a esta manifestación popular que por la pobre propuesta, pudiera llegar a saturar a los fiebruses que cada año acuden a esa cita. Es un espectáculo y como tal deben perfilarlo, a exhibiciones artísticas de movimientos y estética, que le permita a la concurrencia apreciar mejor, lo que debe ser un espectáculo.
Si el espectáculo es la vejiga como dijo uno de los conductores de la televisión. La gente terminara atestada de golpes y frustrada por la falta de originalidad, movimientos y coreografía. No basta con trajes, caretas, cuevas y vejigas. Ahora falta algo más.
El carnaval que se inicio como un evento domestico ha trascendido, sus vistosos trajes han ido aumentando de precios y la inversión es mayor que en años anteriores, la competencia entre los participantes sigue siendo un atractivo de primer orden en ese renglón.
Observando por la televisión este domingo el inicio del Carnaval Vegano, pude ver que poco ha cambiado de sus génesis hace más de 20 años. Los organizadores olvidan que es un evento que esta concitando la atención nacional y muchos países están pendientes a lo que sucede allí.
El carnaval esta escaso de creatividad como elemento atractivo, los grupos o las comparsas no presentan nada atractivo en la visual a excepción de los trajes, que cada año los cambian. No hay una coreografía que resulte atractiva para la concurrencia, discurre la función en pasearse junto al público por la avenida donde se realiza la actividad, lo cual dificultad en ocasiones poder apreciar los detalles de los trajes.Olvidan que el carnaval es parte ya de un espectáculo televisivo con cobertura nacional e internacional. Más que una chercha pueblerina debe pensarse en la gran concurrencia y la visual televisiva.
Descuidan los conceptos asociados a los nombres. Este año hay una comparsa denominada los cocolos, y en este país cuando se habla de cocolos, se asocia a los guloyas de San Pedro de Macorís.
Los Guloyas tienen una conceptualización bien definida, un vestuario que se distingue por una serie de características y accesorios que son parte de su confección. Lo mismo sucede con otras comparsas, cuyos nombres no guardan relación con la adecuación y el concepto intrínseco del nombre propio adaptado.Los organizadores tienen que poner atención a esta manifestación popular que por la pobre propuesta, pudiera llegar a saturar a los fiebruses que cada año acuden a esa cita. Es un espectáculo y como tal deben perfilarlo, a exhibiciones artísticas de movimientos y estética, que le permita a la concurrencia apreciar mejor, lo que debe ser un espectáculo.
Si el espectáculo es la vejiga como dijo uno de los conductores de la televisión. La gente terminara atestada de golpes y frustrada por la falta de originalidad, movimientos y coreografía. No basta con trajes, caretas, cuevas y vejigas. Ahora falta algo más.
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