LAS DOS CARAS DE HAITI.
HAITI.- Dos campos de refugio localizados en los suburbios de Puerto Príncipe representan las dos caras de la moneda que muestran una respuesta humanitaria desigual al terremoto de Haití ocurrido el pasado 12 de enero.
Más de $12,800 millones de dólares han sido prometidos por gobiernos extranjeros, agencias y diversas organizaciones, pero al parecer no han sido sabiamente distribuidos.
En un campamento visitado por dignatarios y comandantes militares, esos miles de millones de inversión se pueden apreciar fácilmente, pero un poco más allá de la ruta, un campamento apenas ha sido asistido. Corail, es un campamento organizado que cuenta con miles de espaciosas carpas resistentes a los huracanes, una carpa policial, 342 baños y 24 duchas para la comodidad de sus residentes.
Pero a sólo cuatro kilómetros de distancia, se encuentra el campamento Obama, que apenas tiene carpas hechas de plástico y palos de madera clavados sobre una cuesta fangosa.
“Nadie del gobierno ha venido a ver cómo vivimos, no tenemos ningún servicio, no tenemos agua, alimentos ni servicios de salud”, dijo Joseph jean Germain, uno de los residentes del campamento Obama.
Mientras el campamento Corail tiene su almacén provisto para alimentar sus 3,000 residentes, las más de 8,500 personas del campamento Obama están desesperados por agua y alimentos.
“En el campamento de allá mucha gente ha sido robada y ultrajada sexualmente. Allá, hay que dormir con un ojo abierto y otro cerrado, nunca puedes dormir bien porque no sabes lo que pasará. Pero aquí estoy seguro que uno puede dormir bien”, explicó Eddy Alexis quien reside en Corail.
Del mismo modo, mientras el campamento Corail cuenta con efectivos policiales, el campamento Obama iza una bandera haitiana para marcar su falta de resguardo policial.
Las necesidades del gobierno de Haití son todavía enormes pero a más de cien días del terremoto, el plan para enfrentarlas es incierto.
Más de $12,800 millones de dólares han sido prometidos por gobiernos extranjeros, agencias y diversas organizaciones, pero al parecer no han sido sabiamente distribuidos.
En un campamento visitado por dignatarios y comandantes militares, esos miles de millones de inversión se pueden apreciar fácilmente, pero un poco más allá de la ruta, un campamento apenas ha sido asistido. Corail, es un campamento organizado que cuenta con miles de espaciosas carpas resistentes a los huracanes, una carpa policial, 342 baños y 24 duchas para la comodidad de sus residentes.
Pero a sólo cuatro kilómetros de distancia, se encuentra el campamento Obama, que apenas tiene carpas hechas de plástico y palos de madera clavados sobre una cuesta fangosa.
“Nadie del gobierno ha venido a ver cómo vivimos, no tenemos ningún servicio, no tenemos agua, alimentos ni servicios de salud”, dijo Joseph jean Germain, uno de los residentes del campamento Obama.
Mientras el campamento Corail tiene su almacén provisto para alimentar sus 3,000 residentes, las más de 8,500 personas del campamento Obama están desesperados por agua y alimentos.
“En el campamento de allá mucha gente ha sido robada y ultrajada sexualmente. Allá, hay que dormir con un ojo abierto y otro cerrado, nunca puedes dormir bien porque no sabes lo que pasará. Pero aquí estoy seguro que uno puede dormir bien”, explicó Eddy Alexis quien reside en Corail.
Del mismo modo, mientras el campamento Corail cuenta con efectivos policiales, el campamento Obama iza una bandera haitiana para marcar su falta de resguardo policial.
Las necesidades del gobierno de Haití son todavía enormes pero a más de cien días del terremoto, el plan para enfrentarlas es incierto.
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