La historia protagonizada
por Alex Nash, un niño británico, es bastante surrealista. Resulta que el
pequeño, de apenas cinco años, podría terminar yendo a juicio tras no ir a una
fiesta de cumpleaños a la que le había invitado un amigo.
El pequeño no pudo ir a
celebración, en la que la familia del cumpleañero había organizado una jornada
de esquí. Ahora, para sorpresa de los padres de Nash, le reclaman el dinero que
costaba ir a esquiar.
Un día tras volver del
colegio, los padres de Alex encontraron un papel en su mochila, que resultaba
ser la factura de la jornada de esquí. Julie Lawrence, la madre del niño, les
reclama 20 euros, y amenaza con poner una demanda judicial si no los pagan.
Al parecer, la familia
de Alex había confirmado en su momento que el niño no tendría problema en
asistir a la fiesta de cumpleaños de su amigo, pero poco después cayeron en la
cuenta de que la fecha coincidía con un viaje que tenían planeado desde hacía
tiempo para ver a los abuelos del pequeño, según The Telegraph.
Así que la familia Nash
se fue de viaje, pero no pudieron avisar a los Lawrence de su ausencia ya que
no tenían ningún contacto. A pesar de que después se disculparon con la madre
del niño, ella se lo tomó bastante mal.
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