A las 2:30 de la
madrugada el frío arrecia en los alrededores de la Academia Militar y los
seguidores del presidente Chávez continúan en la cola de 7 km, aproximadamente,
para entrar a despedirlo.
Las franelas rojas
abundan al igual que la chaqueta tricolor. El llanto parece superado, pero la
tristeza sigue visible en los rostros del pueblo chavista, que de vez en cuando
canta y grita consignas, con la voz debilitada.
Vendedores de agua,
cigarro y café hacen la espera más llevadera para la multitud que se mantiene
de pie, mientras otros conversan sentados en las aceras, como una suerte de
guardianes para los que descansan y duermen en la grama.
Más temprano.
Estudiantes del Instituto Universitario de Seguridad y militares intentan
mantener el orden. Josefina Márquez, residente de El Valle dijo que esta en Los
Próceres desde las 9 de la mañana y aún no ha podido ver al Presidente.
Carlos Mendoza, de la
tercera edad, dijo que esperará lo que sea necesario. Está en la cola desde las
3:00 de la tarde. Indicó que es hipertenso y se trajo su pastilla de la mañana
por si tiene que amanecer en la fila.
Algunas personas han
optado por dormir cerca de la entrada, para esperar que baje la cola y poder
ver al comandante.
Fotos: Airam Fernández
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