Con una cardiopatía
hereditaria, Stan Larkin ha pasado 555 días enganchado a una máquina que
trasportaba dentro de una mochila. Finalmente, a principios de mayo, los
médicos del Centro Cardiovascular Frankel de la Universidad de Michigan encontraron
un donante para él. "Era una montaña rusa emocional", ha declarado el
paciente sobre su vida con el corazón artificial.
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