POR RAMÓN COLOMBO
Nadie se sorprenda si
me ven recorrer como un loco Miramar, Placer Bonito, La Piedra, Loma del
Cochero, Villa Magallanes, Barrio Azul, Villa Progreso, El Toconal, Barrio
México y La Arena. Nadie se sorprenda si San Pedro de Macorís se llena de elefantes
con melena y leones con trompa y, más aún, elefantes rayados o tigres con
orejotas.
Nadie se extrañe de
eso, pues ha sucedido al concluir las prácticas de exhibición y fogueo del
béisbol de este año (y mientras llega la pelota de verdad en 2015), estamos
felices de que Juan Bolívar Díaz, los Feris, César Mella y los Armenteros
empiezan a sonreír después de tres siglos de tristeza.
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