MANUEL DIAZ APONTE
El desarrollo
tecnológico e ingenio humano ha puesto en manos de la sociedad un excelente
instrumento para su actualización, instrucción y educación como lo es la
Internet.
No obstante, todavía la
generalidad de las personas que utilizan esta herramienta del conocimiento cree
que simplemente su utilidad principal es la de exhibir fotos y enviar mensajes
de congratulaciones de cumpleaños a familiares y amigos. Pero resulta, que las
redes sociales son excelentes espacios visuales que bien utilizadas nos
permitirían crecer y actualizar nuestros niveles de aprendizajes.
¿Cuáles resultados
tendría para un estudiante aprender un nuevo idioma a través de los diversos
programas de cursos colocados en la red?
¿Y qué seria para un estudioso de la música perfeccionar el manejo de un
instrumento vía Internet?
Millones de informaciones
son transmitidas diariamente en las redes sociales, algunas de gran utilidad y
otras simplemente son basuras que en nada contribuyen a nuestro crecimiento
humano y profesional.
Ahí precisamente,
radica la importancia de que sepamos distinguir cuándo algo nos debe interesar
y ayudar a que seamos mejores personas y profesionales más actualizados y
competitivos.
La excesiva carga
manipuladora en los contenidos expuestos; de la exagerada orientación
pornográfica subida a la red, los estereotipos racistas y de la ideologización
consumista que nos invita al mundo fantasioso de las compras de productos,
bienes y servicios debemos cuidarnos.
En consecuencia,
orientar nuestro estilo de vida pura y simplemente a sabiendas de nuestras
limitaciones y realidades que nos rodean. No se trata de ser conformista sino
más bien de interpretar el tiempo y espacio social en que vivimos.
En la era del
conocimiento y de la información en que transcurre el diario vivir del mundo
actual, es una necesidad que los gobiernos y las instituciones organizadas
promuevan actividades entre ellas, seminarios, charlas, cursos y encuentros
científicos donde los especialistas debatan el impacto y dominio que ejercen
las redes sociales sobre la sociedad.
La incidencia y penetración
de esas influyentes estructuras mediáticas y tecnológicas, es de tal magnitud
que inclusive ya es tomado en cuenta en el orden de prioridad de las agendas
gubernamentales.
En consecuencia, las
unidades comunicacionales de los distintos gobiernos y estados del mundo
utilizan esos espacios no tan solo para difundir las informaciones e imágenes
visuales de las acciones de los presidentes, reyes y príncipes sino hasta para
dar a conocer sus respectivas agendas de trabajo.
Ahora que la población
mundial siente pánico ante la mortal enfermedad del Ébola, que afecta a África
Occidental, específicamente a países como Liberia, Sierra Leona y Nigeria, es
urgente utilizar las redes sociales para informar y orientar a la humanidad
sobre este terrible virus y las medidas preventivas que deben adoptarse.
Pero, ¿cuáles fuentes
deben ser las autorizadas para brindar esa orientación? Evidentemente, que la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina Panamericana de la Salud
(OPS), tienen que asumir sus respectivos roles para que la gente esté
debidamente edificada.
El abusivo exceso en la
colocación de publicidad en Internet es otro aspecto que debemos analizar a
propósito de la promulgación de la Ley número 310-14, emitida por el Poder Ejecutivo que regula el
envío de correos electrónicos comerciales no deseados.
Esta pieza promulgada
por el presidente Danilo Medina es oportuna, necesaria y cuya aplicación
evitará la saturación publicitaria no deseada entre los usuarios de Internet en
la República Dominicana.
Confiamos en que dicha
disposición oficial, será debidamente acatada y respetada por los sectores
envueltos en el gran negocio de las redes sociales en el país.
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