La final de la 59ª
edición de Eurovisión 2014 comenzó en la noche de este sábado en Copenhague con
un aroma anodino en un escenario monumental.
Y concluyó, casi tres
horas y media más tarde, con un desenlace especial y emotivo. ¿La razón? La
victoria aplastante de Conchita Wurst, la representante barbuda y tierna de
Austria en cuyo DNI figura el nombre de Thomas Neuwirth.
Y, también, por las
palabras que pronunció con firmeza, sobreponiéndose a las lágrimas, tras
recoger el trofeo en el escenario: "Esta noche está dedicada a todo el que
cree en un futuro de paz y libertad. Ya sabéis quiénes sois", indicó en
inglés, antes de concluir con un conmovedor "We are unity and we are
unstoppable" ("Estamos unidos y somos imparables"), que ya
gobierna, como un himno, en Twitter.
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