Parece increíble. O lo
es. Pero en la era que vivimos, es posible alquilar una manifestación privada.
Con todo: gente que protesta y grita consignas, carteles, fotógrafos,
megáfonos…
Es una extensión de un
servicio diseñados para aspirantes a famosos, en donde a su vez se alquilan
paparazzi inaguantables, escoltas, limusinas con choferes uniformados. Ah, y lo
más importante: fans que adoran… al cliente.
¿Vuelve de un viaje?
Unos cuántos billetes – qué son unos cuantos billetes para alguien famoso como
usted – le compran una delegación que le dará una bienvenida entusiasta en el
aeropuerto. El Rolls Royce cuesta aparte. Lo mismo si va de compras, acompañado
de su multitud adecuadamente paga.

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