lunes, 22 de julio de 2013

EL CASINO PUERTORRIQUEÑO: UN TROZO DE NUESTRA HISTORIA SERIE 23.

Por Dr. Benjamín Silva Mercedes

Con el comienzo de nuestra industria azucarera a fines del siglo diecinueve, se da hacia nuestra ciudad un proceso migratorio que contribuiría más tarde a hacer de Macorís la ciudad más importante del país, tanto económica como intelectualmente. Una de esas migraciones  fue la que vino desde la vecina isla de Puerto Rico, desde donde por consideraciones raciales y étnicas se hizo el primer reclutamiento de braceros para nuestra incipiente industria azucarera. 

Como muy bien se sabe, la mano de obra puertorriqueña no fue lo que se esperaba de ella, y entonces hubo la necesidad de sustituirla por mano de obra proveniente de las islas de habla inglesa y posteriormente por braceros haitianos.

Los puertorriqueños se dedicaron, entonces, a hacer trabajos de zapatería, panadería, barbería, albañilería, carpintería y a conducir los famosos coches tirados por caballos.

Hubo otros puertorriqueños, de mayor nivel intelectual y económico, que contribuyeron en gran manera al desarrollo de nuestra ciudad.  Ahí están los ejemplos de Don Juan Serrallés, Gavino Vega Fabre y Manuel Mallén Ortiz, entre otros muchos.

Andando el tiempo, miembros de esa pujante colonia puertorriqueña en San Pedro de Macorís vieron la necesidad de aunar esfuerzos para contribuir más eficazmente al desarrollo individual de los descendientes de la patria del insigne Eugenio María de Hostos y de Don Luis Muñoz Rivera.  Una muestra de ello fue la fundación del “Club Unitario Puertorriqueño” el día 22 de Julio de 1915, más tarde llamado “Casino Puertorriqueño”. 

He aquí el acta levantada en esa reunión para dejar constituido el  “Club Unitario Puertorriqueño”, luego “Casino Puertorriqueño”

“En la Ciudad de San Pedro de Macorís, (R.D.), a los 22 días del mes de Julio de 1915; siendo las 8: P. M.,  Reunidos en los salones de “Gran Hotel Dos Américas” los señores:

Don Monserrate Vázquez
Don Félix Barbosa
Don Francisco Pagán
Don Vicente Maura
Don Guillermo Zayas
Don Esperidión Torres
Don Jesús Mª. Vélez
Don Narciso Collazo
Don Pedro Pérez Torres
Don Celso Z. Montero y Don Herminio Lugo.

Oída la opinión de los señores presentes sobre la urgente necesidad de laborar por la realización de un Centro de Sociedad de que carecen los Puertorriqueños en esta Ciudad; Atendiendo a la decidida voluntad de los que componen este grupo, fue resuelto que: los que suscriben, desde este momento quedan comprometidos y empiezan a la formación de una Sociedad que llevará por nombre “Club Unitario Puertorriqueño” bajo la base que queda estipulada en los Reglamentos escritos al efecto para este fin, los que serán leídos, para su discusión y aprobación, en próxima reunión.

Fue acordada la asignación de una cuota de Un peso oro mensual, que deberá ingresar en el Tesoro de este Club.

Pasose a nombrar un cuerpo directivo que regirá los destinos de este Club por el término de seis meses, el que quedó constituido en la forma siguiente: 

Presidente: Don Vicente Maura
Vicepresidente: Don Esperidión Torres
Secretario: Don Pedro Pérez Torres
Tesorero: Don Celso Z. Montero
Vocal suplente: Don Herminio Lugo
Vocales:
Don Félix Barbosa
Don Narciso Collazo
Don Guillermo Zayas
Don Jesús Mª. Vélez
Don Francisco Pagán y
Don Monserrate Vázquez

Bajo cuyas bases y de acuerdo con lo pactado en esta fecha, que será una de las más gloriosas que se contarán en los anales de la historia de la Colonia Puertorriqueña en San Pedro de Macorís, por ser el día histórico en que un número compuesto de once individuos unidos por el sentimiento de confraternidad y amparados bajo el palio sagrado de su dignidad juran, puestos de pie y bajo la más solemne protesta de no faltar al exacto cumplimiento de la altruista misión que sus deberes les imponen y que en tal virtud dejarían de ser pundonorosos cuando por negligencia o abandono dejaran desvanecer, en el cielo de sus aspiraciones, la causa redentora de sus propios derechos.

Lo que firman en San Pedro de Macorís, (R.D.), a las once horas p.m. del día 22 de Julio de 1915”.        Aparecen a continuación las firmas de  Esperidión Torres, Vicente Maura, Narciso Collazo, Félix Barbosa, Francisco Pagán, Monserrate Vázquez, Guillermo Zayas, Jesús M. Vélez, Herminio Lugo y del Secretario Pedro Pérez Torres.

Hay algunos detalles a destacar de esta primera reunión.  El lugar en donde se realizó, es decir, el “Gran Hotel Dos Américas”, era un edificio de madera, de dos niveles, que estaba localizado en la antigua calle Libertad, hoy Federico A. Kidd, al lado de la casa Armenteros que queda al final de esa calle frente a la Av. Francisco Domínguez Charro.

Allí operó también la desaparecida Imprenta “Pool hermanos”.

El propietario de ese hotel lo fue el puertorriqueño Esperidión Torres.  Se ha dicho que fue desde ese hotel que salió el joven Gregorio Urbano Gilbert, en Enero de 1917,  con rumbo hacia el muelle y con la determinación de enfrentar a las tropas invasoras de los Estados Unidos de América, dándole muerte a uno de sus oficiales, de nombre C. H. Burton.


En la segunda reunión del ya formado “Club Unitario Puertorriqueño”, celebrada el día 29 de Julio de 1915, “se procedió a continuar la lectura de la Plataforma y Reglamentos y fueron aprobados con enmiendas”.   También se aprobó “mandar a imprimir las solicitudes y talonarios para el cobro” y se nombró una comisión para que sacara en limpio los estatutos y Reglamentos.

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