miércoles, 13 de marzo de 2013

POR GUAYACANES Y JUAN DOLIO.

EDITORIAL PERIODICO HOY.
Los problemas que marcaron la decadencia de Puerto Plata como uno de los polos turísticos más promisorios del país comenzaron chiquititos. Acoso a los turistas y arrabalización del entorno hotelero  evolucionaron a gran escala a fuerza de haber sido desatendidos. Después de la declinación, es mucho lo que han tenido que hacer los inversionistas y el Gobierno para tratar de restaurar el esplendor de aquel enclave ubicado en nuestra costa atlántica.  Falta mucho por lograr todavía.

  En Guayacanes y Juan Dolio han comenzado a surgir problemas similares, La delincuencia crece y el arrabal está tendiendo su cerco en torno al esplendoroso desarrollo inmobiliario que se ha concentrado allí. El caos en materia de registro inmobiliario se suma a la amenaza que ya preocupa bastante a los inversionistas, actuales y potenciales. No hay, por el momento, indicio alguno de que la autoridad tenga en planes hacerle frente a la situación.

Respetando diferencias, en Guayacanes y Juan Dolio podría ocurrir algo similar que en Puerto Plata, si las autoridades no asumen pronto la responsabilidad de contener la creciente delincuencia y  la arrabalización, así como  transparentar  el registro inmobiliario. Los inversionistas de la zona ya están bastante preocupados. Sería una  afrenta que repitamos en Guayacanes y Juan Dolio la  experiencia de Puerto Plata.

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