Cada dispositivo tiene
la capacidad de analizar la sangre y enviar los resultados por medio de
Bluetooth a nuestros celulares. Quizá parezca muy futurista, pero el chip ya
fue probado en animales.
Con una dimensión un poco mayor a un
centímetro, el chip permite llevar el control del colesterol y los niveles de
azúcar en sangre, al igual que comprobar el impacto de algunos tratamientos
-como la quimioterapia- gracias a cinco sensores que se manejan en su interior.
El microprocesador será
probado en pacientes que requieran controles de sangre diarios. Y gracias a su
sensor que puede predecir ataques cardíacos con horas de antelación, vía la
detección de cambios en el torrente sanguíneo de manera instantánea.
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