En su declaración, justificó su
accionar diciendo que cuando era chico había recibido abusos y que luego de eso
nunca pudo tener relaciones con personas, que no sentía ganas de relacionarse
con la gente.
Según el comisario, el violador
de animales intentó acostarse una vez con una prostituta pero no pudo y le
resultó muy frustrante.
Como dato curioso, tras encontrar
las vacas mutiladas en los campos, antes de detener al hombre, los
investigadores llegaron a pensar que se trataba del "chupa cabra":
"La única solución fue orientar a los ganaderos a que no dejaran los
animales en pastos cerca de la carretera".
En cuatro años se encontraron 400
vacas muertas en manos de Paraízo, siempre en granjas aledañas a Goiana, a unos
200 kilómetros de Brasilia.
Cuando lo sorprendieron para el
arresto, el sospechoso llevaba consigo un paquete de galletitas rellenas, igual
a los que se encontraban cerca de las vacas muertas.
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