POR FRANCIS
ANÍBAL.
SAN PEDRO
DE MACORIS. En medio de una gran
manifestación de dolor en la Necrópolis San Pedro de la Carretera Santa Fe,
fueron sepultados los restos el reconocido ortopedista petromacorisano Nicolás
Fondeur y el de su esposa la Doctora Liz Kenia Vila.
El cortejo
fúnebre partió desde la Funeraria San Pedro donde eran velados desde el pasado
viernes, día en que ocurrió la tragedia en la residencia de ambos de la calle
Estervina Richez número 5 del barrio Los Maestros.
Los restos
mortales de ambos fueron transportados por dos carros fúnebres. El cortejo
fúnebre partió desde la calle Rafael Deligne para recorrer toda la avenida
Independencia y llegar hasta la Mauricio Báez, para luego tomar parte de la
Carretera Santa Fe y llegar al camposanto conocido como Necrópolis San Pedro.
Pasadas las
5 y 30 de la tarde, llegaron al camposanto, penetrando de inmediato hasta el mausoleo de la familia donde esperaban dos
bocas, una debajo de la otra, las que son ahora las últimas moradas de los
esposos, quienes, de acuerdo a testimonios de testigos, vivieron una vida
caracterizada por los celos y las incomprensiones.
Una vez en
el cementerio, la madre de Nicolás Fondeur, doña Eulalia Disla, agradeció a
Dios por haberle dado la fortaleza para ver partir a su hijo de esa manera.
La dama, en
medio de su dolor, entonó cánticos al Señor y dijo esperar que Cristo Jesús
pueda perdonar a su hijo y a su hija, manifestando que es momento de perdonar,
como Cristo perdonó a quienes les quitaron la vida.
Además
habló la señora Margarita de Vila, madre de Kiz Lenia, pidiendo a Dios que
lleve a su hija al descanso eterno y a quien fuera su esposo.
El pastor Alberto Reyes, de la Iglesia de la
Cristianización de la avenida Independencia, a la que asistía Liz Kenia y su
madre, también habló en la actividad y leyó algunos versículos bíblicos
relativos al perdón, al tiempo que llamó a ambas familias a perdonarse en
nombre de Jesús.
Hablaron
también ante sus cadáveres representantes del Departamento de Ortopedia del hospital
Antonio Musa.
La última
en hablar fue la pastora Kenia de Mir, de la Iglesia Tabernáculo de Oración
Puertas Abiertas, quien dijo lamentar la tragedia y recordó los primeros años
de permanencia en esta ciudad de Liz Kenia de los que fue testigo.
Lamentó que
la tragedia haya ocurrido y dijo que ahora lo que hay que hacer es contribuir a
buscar solución a las causas que motivaron la misma, que dejó en la orfandad a
una niña.
“Algo pasó
para que esto ocurriera y todos debemos reflexionar para que hechos como éstos
no vuelvan a ocurrir”, dijo la pastora.
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