Si aprender es un placer, por qué tantos
estudiantes tienen problemas a la hora de hacer tareas. Puede ser que asocien
esta actividad con extrema presión, desorden y estrés. A punto del inicio del
año escolar puedes establecer tu estrategia para evitar que esto ocurra.
Comienza por trabajar los problemas más comunes
que amenazan con transformar la hora de estudio en un momento desagradable o de
discusión con los chicos. La sicóloga Josefina Zeda Batista enumera algunos de
ellos, así como la manera de manejarlos adecuadamente. Toma nota.
Falta de estructura
Acostúmbralos a tener una rutina. De esta forma,
es más fácil que se organicen para cumplir con las tareas del día. Considera la
realidad familiar y el temperamento de tu hijo al establecer el momento en el
que deberá sentarse a estudiar. Puedes decidir que al llegar a casa tome una
merienda y vea su programa favorito o que haga las asignaciones antes que
cualquier otra cosa. Lo importante es establecer cierto orden en lugar de dejar
el asunto a la suerte.
No hay consistencia
Para lograr las metas en la escuela hace falta
ser persistente. Acostumbra a tus hijos a hacerse responsables de las tareas y
el repaso del material aprendido diariamente. Con esforzarse mucho en los
estudios solo de vez en cuando difícilmente alcanzará un buen rendimiento.
Las expectativas no están claras
Habla con tu hijo respecto a qué esperas de él.
Esto aplica tanto para la atención que esperas dedique al estudio como al
resultado final (las notas). Toma en cuenta sus fortalezas y sus áreas de
dificultad, de manera que tus expectativas sean realistas y puedas ayudarle a
exigirse su potencial máximo. Hay padres que son demasiado exigentes, otros muy
poco. Ninguno de los dos extremos es saludable.
No hay un área adecuada para estudiar
Busca un espacio cómodo, sin distracciones y con
ventilación e iluminación adecuadas para estudiar. Es una buena manera de
ayudarles a lograr concentración.
IMPACIENCIA
Aprender es un proceso y es algo que en medio de
la prisa que vivimos algunos padres olvidan. Si notas que es difícil para ti
asistir a tu hijo en las tareas escolares busca ayuda profesional. Puedes
consultar con algún consejero en la escuela, un maestro o un sicólogo escolar.
Hay que entender que todos los niños tienen su ritmo. Identificarlo y saber
lidiar con él es importante para ayudarle a conseguir sus metas.
Por
ejemplo, si sabes que a tu niño le toma más tiempo aprender el material o
realizar proyectos especiales, anímalo a trabajar de forma organizada y con más
días de antelación.
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