EL VATICANO.- El papa Benedicto XVI dijo ayer que la situación actual de la Iglesia es
muchas veces "dramática, reiteró el "no" al sacerdocio femenino
y denunció la "desobediencia organizada" que propugna un grupo de
curas europeos para renovar la institución y el "analfabetismo
religioso" de la sociedad.
Ante más de diez mil
personas, 1.600 de ellas entre cardenales, obispos y sacerdotes, el pontífice
ofició en la basílica de San Pedro del Vaticano la Misa Crismal, que abre el
Triduo Pascual, centro y culmen del Año Litúrgico.
Esta misa se celebra el Jueves Santo, día en
que se conmemora la institución del sacramento del orden sacerdotal por
Jesucristo durante la Última Cena.
Así, dirigiéndose a los
sacerdotes, el papa recordó el momento de la ordenación sacerdotal y se
preguntó si de verdad "son hombres que obran partiendo de Dios y en
comunión con Jesucristo" y si sus vidas corresponden con esa consagración.
Benedicto XVI dijo que el
sacerdocio exige renunciar a "aquello que es solamente nuestro" y
ponerse a disposición de los otros, de Cristo, y se preguntó cómo debe
realizarse "en la situación a menudo dramática de la Iglesia de hoy".
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