SANTO
DOMINGO.- La Iglesia
Católica atribuyó ayer a la crisis moral que afecta la
nación, la violencia generalizada y el incremento de la violencia contra la
mujer y la familia, la precariedad de los salarios y los servicios básicos, la
corrupción rampante y la mediocridad de los politicos.
En
su carta pastoral con ocasión de las fiestas de la Virgen de La Altagracia , el próximo
21 de enero, la
Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) ratifica, al
mismo tiempo, su compromiso de contribuir para que los dominicanos logren tener
una nación más sana moralmente, más fraterna, justa y equitativa.
Los
obispos entienden que más que la crisis económica, financiera y política, que
hoy preocupa tanto a la humanidad, es la crisis moral y humana el origen de los
grandes males sociales que destruyen la familia y la convivencia social.
Como
sacerdotes y obispos, dicen que les preocupa que esta crisis moral y humana
haya ido enquistándose en el alma nacional, originando una creciente ola de
violencia y descomposición social.
El
documento fue leído en la tarde de ayer por el cardenal Nicolás de Jesús López
Rodríguez, arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y presidente de la CED , en el programa radial “La Voz de los Obispos”, que se
trasmite todos los jueves a las 4:00 PM, a través de una cadena nacional de
emisoras, que tiene como estación matriz a Radio ABC y Vida FM de Santo
Domingo.
En
la carta, los obispos detallan, de manera pormenorizada, los aportes que la Conferencia del
Episcopado Dominicano ha realizado al país en sus 50 años de existencia, desde
que fue creado como organismo superior de la iglesia dominicana el 22 de
septiembre de 1962.
“Nos
preocupa todo esto y prometemos que al pueblo dominicano no le faltará nuestra
voz sincera ni nuestra crítica, como tampoco nuestro aliento al comportamiento
correcto”.
Reiteraron
que en el ámbito nacional hay que situar la causa de la violencia en general,
la precariedad de los salarios y los servicios básicos, a la dimisión del deber
educativo por parte de las familias, de la escuela y de los medios de
comunicación social, que desorientan en vez de orientar.
La
violencia en general y otros grandes males tienen también mucho que ver con “la
mediocridad de muchos políticos, la corrupción rampante. Al margen de errores y
desaciertos, que lamentamos y que confiamos a la entrañable misericordia de
Dios y a la comprensión de nuestros fieles y conciudadanos, la hoja de servicio
en estos 50 años de la CED
ha sido espléndida”, dice el documento.
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