viernes, 30 de abril de 2010

EL INGENIERO NEMEN HAZIM NOS ENVIA ESTOS COMENTARIOS DEL LIBRO DE ANGELITA TRUJILLO.
"TRUJILLO, MI PADRE/ANGELITA TRUJILLO.

Comentarios sobre la lectura del capítulo II.Antes de emitir comentario alguno sobre el capítulo II, queremos hacer una observación que se desprende de la lectura del capítulo I, y que por olvido no quedó plasmada en los comentarios a ese capítulo. Las palabras nada agradables que emite sobre el Dr. Joaquín Balaguer, la descripción que sobre la figura de su padre hace el profesor Juan Bosch en Póker de Espanto en el Caribe, y la magnitud del liderazgo que ambos impusieron en la República Dominicana, nos llevan a pensar que la autora del libro esperaba desde hace mucho tiempo por la muerte de tan influyentes figuras para hacer realidad lo que ella llama "exposición de todo el acervo que atesoro de mi progenitor" (Pág. 41).

El capítulo II nos entusiasmó por el título que la autora usa al inicio del mismo: Vida y Trayectoria. Llegamos a pensar que nos iba a mostrar la evolución socioeconómica de su padre, y por ende de su familia, pero el entusiasmo muy poco duró. Comienza el mismo diciendo que su padre "trabajaba como Guardia Campestre en el Central Boca Chica" y que "sin abolengo alguno" escaló posiciones en la "Policía Nacional que organizaba la Fuerza de Ocupación americana". En cuatro líneas más ya Trujillo es juramentado "Presidente de la República". Concluye Angelita "Vida y Trayectoria" de la siguiente manera:

"Mi papá paralela y simultáneamente fue haciendo del país lo mismo que hacía con su vida: crecer, superarse hasta alcanzar los dinteles de las grandezas humanas. Es una historia fascinante de superación, progreso, supervivencia y bienaventuranza".

¡Qué hermosa forma de describir los crímenes y robos sobre los que su padre "creció" y forjó imperio y fortuna!En esta ligera descripción sobre la procedencia social Angelita Trujillo reconoce, sin proponérselo, que su padre nació "de segunda"; y lo ratifica de nuevo al hablar de su candidatura para las elecciones del 1930 al referirse a los opositores que, según ella, basaban su estrategia política "en la carencia de abolengo político e intelectual de mi papá" (Pág. 82).

El desarrollo de este capítulo se concentra en "la relación amorosa y tierna" entre padre e hija -que muy dudosamente trata de pregonar al mundo- y las hazañas que desde la policía realizó Trujillo, que expone con un fervor tal que da la impresión de que se trata de una historia de Wyatt Earp, un "marshal muy famoso en el Oeste americano por su extrema dureza en el trato con aquellos que infringieran la ley, incorruptible y osado en sus procedimientos" (Wikipedia).

Como queriendo justificar la fortuna de su padre, muy sutilmente Angelita describe, en la página 44, que su papá "de la nada se encumbra y alcanza... caudales y cuantos bienes perecederos el ser humano puede atesorar... ". ¡Qué hermosa explicación a la acumulación de riquezas mediante la depredación y el despotismo!.

Tan descarada es la hija del criminal que gobernó por más de 30 años el país, que, en la página 82, achaca a "otros" las siguientes interrogantes: "¿cómo puede ser, que mi papá, habiendo ingresado a la Guardia Nacional el 18 de Diciembre de 1938 y el 16 de Mayo 1930 es elegido para ocupar la Primera Magistratura del Estado?" (sic) "¿De dónde vino? ¿Quién es? ¿Cómo pudo ser?".

De inmediato se contesta ella misma: "¡Mi papá no procedía, ni pertenecía a esa alcurnia!" (Refiriéndose a Manuel de Jesús Troncoso, Jacinto Peynado, Arturo Logroño y Manuel A. Peña Batlle, para citar algunos). "¡No! Mi papá salió de las entrañas mismas del pueblo dominicano, humilde, conocedor de las limitaciones, carestías y durezas de la vida...". ¿Puede un ser humano ser más descarado? La Princesa Angelita, que hoy se codea con los "de primera", que no conoce a los "de segunda" y que se mueve dentro de una oligarquía rancia, es capaz de definir a su padre, en términos sociales, como no proveniente de "esa alcurnia", pero no es capaz de explicar la procedencia de los casi mil millones de dólares que depositaron en bancos europeos cuando como burdos ladrones abandonaron el país en 1961, ni los métodos criminales con los que ese engendro de la invasión norteamericana gobernó el país.

Su descaro adquiere dimensiones mayúsculas al decir que "Al asumir la Presidencia de la República, mi papá tenía dos opciones: llegar al Poder y convertirse en un indolente más pasándose cuatro años disfrutando las prebendas del cargo, haciéndose de un buen dinero y al final, dejar el país tal y como lo había encontrado. Pero, ejercitar esa primera opción no estaba en la naturaleza de mi padre" (sic) (Pág. 83).

En este segundo capítulo Angelita Trujillo alude muy superficialmente la raíz social de su padre, coincidiendo, sin proponérselo, con la definición que Juan Bosch, su enemigo más enconado, hace del mismo. CONTINUAREMOS AL TERMINAR DE LEER EL CAPITULO III...

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